Villas Romanas

La mayor parte de la población del Imperio romano era eminentemente rural. En el campo destacaban las villas, enormes fincas pertenecientes a grandes propietarios que, sustentados en mano de obra esclava, trabajaban la tierra y apacentaban el ganado. La villa romana solía ser un gran edificio donde vivían los propietarios, rodeada por todas las construcciones necesarias para su economía, establos, graneros, herrería, carpintería, viviendas para los esclavos… Conformando el conjunto una pequeña ínsula autosuficiente.