Villa romana de Navatejera en Villaquilambre

En la localidad de Villaquilambre, muy cerca de la ciudad de León, se encuentra la villa romana de Navatejera. Se descubrió y excavó en la década de los años veinte del siglo pasado y en ese momento se protegieron los mosaicos y los muros con un edificio que aún los cubre hoy; así, esa cubierta es hoy la más antigua de las villas romanas, lo que la convierte en el primer proyecto de puesta en valor de un yacimiento de este tipo en todo el país.

La villa era una gran casa palaciega del siglo I situada en las inmediaciones de la importante ciudad de Legio (León), posiblemente vinculada al campamento de la Legio X y al amparo de sus relaciones comerciales, y estuvo ocupada hasta el siglo V. El recorrido por la villa permite ver los restos de las termas, que siguen el itinerario lógico de estas zonas de baños, desde la piscina fría hasta la más caliente, pasando por la templada y con el vestuario o apodyterium como zona de entrada. Se conserva el hipocaustum con el que calentaban el agua de las piscinas mediante con aire caliente. El itinerario recorre también las habitaciones residenciales, que contaban con pavimentos de mosaico, colocados en una gran reforma que se llevó a cabo en la villa en el siglo IV.

También se conserva la zona de servicios de la villa, con áreas de almacenamiento con grandes vasijas, evidencias del trabajo textil y molinos de mano para el cereal. Destaca también un horno de cerámica que se descubrió en las inmediaciones y que parece que pudo ser donde se fabricaron las tejas necesarias para su construcción.

En los últimos momentos de ocupación de la villa se construyó, ya en el siglo V, un edificio con planta en forma de cruz griega donde se realizaron algunos enterramientos. Para este edificio se supone un uso como basílica privada de la familia propietaria utilizada como panteón.

El hecho de que las estructuras fueran valladas y cubiertas en un momento tan temprano, hacia 1929, y que no se haya reformado, podría dejar a estos restos antiguos en una posición de desventaja con respecto a otras grandes villas que han sido acondicionadas y musealizadas recientemente. Sin embargo, las tempranas actuaciones de protección de la villa, cuando aún no era costumbre cubrir los restos arqueológicos, le aportan un interés añadido, y el edificio que la cubre posee ya un valor en sí mismo.

La gestión de este espacio depende del Museo de León.