Obra Civil
La ciudad celtíbero-romana de Numancia.
La ciudad de Numancia fue un enclave del pueblo celtíbero de los arévacos fundada hacia el siglo III a. C., que se convirtió en un hito de la resistencia indígena ante Roma durante las denominadas guerras celtibéricas, desarrolladas entre el 151-153 a.C. y el 143-133 a. C. Se encuentra situada sobre un amplio cerro (La Muela de Garray), que se alza sobre el Duero unos 7 km al norte de la ciudad de Soria.
La ciudad se enfrentó al ejército romano durante un período de veinte años durante los cuales fue sitiada por las legiones desde un cerco formado por varios campamentos. Roma envió a su mejor general para conseguir la victoria; Publio Cornelio Escipión, que aisló la población cercándola por un muro o vallum de 9 km de perímetro y hasta siete reductos militares, dejando a Numancia en el centro y evitando que sus habitantes pudieran abastecerse. El asedio definitivo se alargó por quince meses hasta que los numantinos capitularon por la imposibilidad de alimentarse. Este episodio épico es sin duda uno de los más destacados del avance romano por Hispania y se convirtió en todo un mito heroico de tintes patrios y símbolo de la resistencia frente a los conquistadores.
Una vez conquistada la ciudad, Roma impuso su urbanismo por lo que el trazado de calles y las viviendas se transformaron adaptando sus formas cuadrangulares en manzanas rectangulares con calles de trazado recto. Sin embargo, en la Numancia romana no se construyeron los grandes edificios públicos de las ciudades latinas ni se han encontrado espacios amplios y libres, a modo de plazas, como ocurre en otras urbes.
La vida de la ciudad continuó hasta el siglo III de forma estable y ya en la cuarta centuria parece que es abandonada.
Las campañas arqueológicas comenzaron en los primeros años del siglo XX y, hasta la fecha, se ha excavado aproximadamente la mitad de la extensión de la ciudad, unas 11 ha. Se han encontrado veinte manzanas de viviendas con diecinueve calles que se articulan con trazados paralelos y transversales.
La amplitud de las excavaciones arqueológicas ha permitido la creación de un centro de información sobre la ciudad para que el visitante pueda conocer todo lo referente a este hito de resistencia. Se trata del Aula Arqueológica del Cerco de Numancia, que se encuentra en la localidad de Garray, junto al yacimiento. Es, en definitiva, un centro de interpretación dedicado al asedio de la ciudad y se articula en dos zonas diferenciadas; la primera ilustra al visitante sobre los fundadores y primeros ocupantes, los arévacos. Se muestra cómo eran su indumentaria y sus armas, cómo vivían, cómo era su ciudad y sus defensas y fortificaciones, además de sus ritos de enterramiento. Esta primera sección del centro de interpretación cuenta también cómo fueron los primeros momentos de asedio de la ciudad y cómo los numantinos resistieron en esos momentos.
La segunda parte se dedica al ejército romano, a su organización legionaria, al armamento, a sus técnicas de asedio y combate y a cómo eran sus campamentos militares, todo ello ilustrado con una maqueta y un audiovisual.
Una vez mostrados los dos mundos que se enfrentaron en Numancia, los arévacos y las legiones romanas, la visita al centro concluye con un panel en el que se muestra el cerco romano de Escipión. Sobre una mesa-plano el visitante puede visualizar la posición topográfica de siete de los campamentos romanos que fueron excavados por el arqueólogo alemán Adolf Schulten, y que se levantaron en los cerros del entorno de la ciudad.
La visita se completa, lógicamente, con el recorrido por el yacimiento y el primer elemento que el visitante se encuentra es la reconstrucción de un tramo de muralla con una puerta flanqueada con dos torres cuadradas de madera y con un paseo de ronda en la zona alta, a la que se puede acceder.
Próximo a la muralla se encuentra un pequeño edificio, construido en el siglo XIX, en el que se guardan materiales extraídos en las excavaciones del yacimiento, como un anexo del Museo Numantino de Soria. Además, en él se proyecta un audiovisual y con interactivos se da información sobre el urbanismo de la ciudad.
Ya en el interior de la ciudad un itinerario de visita, que se articula en diez puntos ofrece información sobre la trama urbana y la arquitectura que se va contemplando en el recorrido. Se explicará cómo los romanos adaptan su ciudad a la trama urbana indígena, que se basaba en calles orientadas en sentido este-oeste para protegerse del frío viento procedente del norte que suele azotar el lugar.
En dicho recorrido se puede observar un edificio romano, de planta cuadrada que ocupaba toda la manzana y contaba con dos plantas. Sus habitaciones se organizaban abiertas a un patio central, al más puro estilo del urbanismo romano. También, se pueden ver aljibes y pozos como elementos de abastecimiento de la vida cotidiana de la ciudad, así como unas pequeñas termas.
Uno de los puntos más destacados es una vivienda de época romana que se ha reconstruido a la que se accede por un patio donde se sitúa el aljibe y un horno de pan. En el interior se han ambientado las diferentes estancias, el vestíbulo, la cocina, los dormitorios, el almacén y el corral. Todo se ha ambientado con reproducciones de elementos propios de la época de forma que se ofrece una recreación bastante fidedigna de cómo debía ser la vivienda numantina.
También se ha reconstruido una vivienda indígena que ofrece una interesante comparación entre ambas ocupaciones de la ciudad. Sobre el zócalo de piedra se levantan las paredes de adobe con techumbre vegetal. Tiene planta rectangular y se divide en tres estancias, un taller de pequeño tamaño con un sótano, un espacio central para comer y dormir, y la despensa, además de un pequeño corral para los animales. Al igual que la anterior, se ha decorado el interior con enseres documentados en este yacimiento y en otros similares, escenificando la vida cotidiana.