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Centro de interpretación de la ciudad de Augustóbriga (Muro de Ágreda)
Bajo la localidad soriana de Muro de Ágreda se conservan los restos de la ciudad romana de Augustóbriga ubicada en la vía entre Caesaraugusta y Asturica Augusta, en una zona llana con dos manantiales naturales que fueron aprovechados para construir sendas fuentes que se levantaron dentro del recinto amurallado de la ciudad.
La ciudad en el siglo II era ya municipio, pero no se conocen demasiados datos sobre sus orígenes y evolución posterior. Se atribuye a una fundación augustea sobre un importante núcleo previo, y sí se tienen indicios de su desarrollo como urbe visigoda y sabemos que fue, ya durante la Edad Media, reconquistada por Alfonso I de Aragón, El Batallador, tomando entonces su nombre actual inspirado en la muralla altoimperial romana, que aún estaba en pie.
Se conservan aún restos de estas murallas romanas, así como algunos muros de viviendas, algunas pavimentadas con mosaicos. También se conserva la llamada Fuente de Muro de Ágreda, posiblemente romana, como uno de sus elementos más destacados. Se trata de una construcción con cubierta a dos aguas sobre un arco de medio punto que alberga la propia fuente a la que llega el agua desde el pozo. En su agradable entorno se encuentra un merendero con mesas y sillas que puede ser disfrutado libremente.
Para conocer bien la ciudad romana, puede visitarse el Centro de Interpretación de Augustobriga que se sitúa en la Plaza de España de la localidad. Desde la experiencia y la práctica, este centro hace un recorrido por la historia de la localidad. Ofrece al visitante paneles informativos, maquetas y audiovisuales, que le llevarán desde su posible origen indígena de la ciudad hasta la actualidad.
La zona dedicada a la ciudad romana comienza con una explicación sobre el ejército legionario y la conquista de Hispania. Después, se incide en las vías romanas y en particular sobre la vía XXVII, en cuyo entorno se desarrolló la ciudad. Se expone cómo era el trazado urbano, sus calles y casas y qué restos se conocen. La visita concluye con los últimos momentos de la ciudad, ya en el bajo Imperio.