Ingeniería
El Puente romano de la ciudad de Salamanca
Sobre el amplio cauce del río Tormes, el Puente Romano daba acceso a la ciudad de Salamanca desde el sur. Forma parte del trazado de la Vía de la Plata y permitía la entrada a la ciudad a los viajeros que recorrían esta vía meridional.
Se interpreta que fue construido bajo el gobierno del emperador Trajano (98-117), con sillares de granito formando hasta veintiséis arcos de medio punto, colocados al modo romano.
Aunque permanece en pie y en uso después de veinte siglos, la construcción original ha sufrido varias reformas debidas en su mayoría a los daños ocasionados por las crecidas del río. De los veintiséis arcos originales, hoy solo quedan quince de origen romano, los más cercanos a la ciudad, mientras que el resto pertenecen a una reforma acometida en 1622, en tiempos de Felipe IV, y a otra de 1767, después de avenidas torrenciales.
A la salida del puente, ya entrando al casco urbano y marcando el acceso a la ciudad, encontramos la escultura de un toro realizada en granito. Se trata de un verraco, un tipo de escultura característico de los vetones, el pueblo prerromano que al que pertenecieron los primitivos moradores de la vieja Helmantiké.
Sin duda el conjunto formado por el puente y el verraco de piedra granítica se ha convertido en un símbolo de la ciudad desde tiempos antiguos.